Las cooperativas han superado la etapa en la que eran consideradas un refugio para los momentos de crisis para constituirse -erigirse- en protagonistas de un modelo económico caracterizado por la estabilidad laboral, el arraigo al territorio y la mejora de la productividad. Las empresas cooperativas son un ejemplo de competitividad, de gestión participativa y democrática, en el que se miran otros modelos empresariales.
Por ello que la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado -COCETA- se ha sumado desde el principio a la propuesta de su socia en País Vasco, KONKEKOOP, para suscribir y lanzar la denominada Declaración de Sevilla, “Empresas cooperativas: un valor necesario para la sociedad”. Y se ha hecho en el marco del Encuentro Mundial del Cooperativismo que ayer concluyó en la capital andaluza y que reunió a más de 700 personas, cooperativistas de más de cien países.
El documento, que además de KONFEKOOP y COCETA ha sido firmado por HISPACOOP, UECOE, Cooperativas Agroalimentarias, CONCOVI, ACI COOP, COOP Health, CICOPA, Fundación ESPRIU, COOPCAT y CEPES, expone que las cooperativas en España, actualmente 23.907, dan empleo -directo e indirecto- a más de 1.150.000 personas, con más de 1 millón de personas socias agroalimentarias, más de 6,5 millones de personas socias consumidoras, y más de 300 mil alumnos/as de centros cooperativos de enseñanza. Éstas son tan solo algunas de las cifras que arrojan las cooperativas, que actúan en la totalidad de los sectores y verticales de la economía y que suponen el 10 % del PIB.
A pesar de su pujanza y de su indudable fortaleza, el sector público, tanto a nivel local, autonómico, como estatal, no ha incluido suficientemente a las cooperativas en el marco institucional y normativo. Tampoco los y las representantes de las organizaciones que representan a las empresas cooperativas participan en igualdad de condiciones, junto a otros actores tradicionales, de los espacios y mesas de diálogo y concertación social.
Es por lo expuesto y otras razones detalladas en el documento que las organizaciones, cooperativas y personas que suscriben esta ‘Declaración de Sevilla’ manifiestan y/o solicitan y expresan lo siguiente:
1. Queremos y debemos asumir nuestra responsabilidad como actores económicos y sociales, y por ello ser partícipes de la gobernabilidad en los espacios donde se deciden las políticas de empleo.
2. Queremos y debemos estar presentes en los espacios de concertación social, esto es: las mesas de diálogo social, tanto estatales como autonómicas y locales; en los consejos económicos y sociales, y en todos los foros donde se debata y trabaje entre gobiernos, empresas y trabajadores y trabajadoras, acerca de las estrategias y planes económicos para el país.
3. Queremos y debemos ser parte de las soluciones a los grandes retos que tenemos en la actualidad como sociedad: desde la transición energética y el cambio climático, a los desafíos tecnológicos y digitales, pasando por la innovación y la consecución de una sociedad más equilibrada, más cohesionada y más socialmente justa. Es decir, seguir construyendo el estado social y democrático de derecho que emana del mandato constitucional.
Durante el recién terminado Encuentro mundial del Cooperativismo, cuyo lema ha sido ‘Cooperativas: el momento es ahora’, se ha revisado el modelo de la empresa cooperativa y los y las presentes se han posicionado ante los retos que plantea un mundo en crisis.