COCETA insta al Gobierno a que incorpore solución que contemple la “especial morfología” de las cooperativas en las regulaciones de igualdad

En el Día Europeo de la Igualdad Salarial, la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado -COCETA- vuelve a poner de manifiesto el compromiso de las empresa cooperativas con la igualdad y, concretamente, con el principio de “a igual trabajo, igual remuneración”, sin discriminación por razones de género, procedencia, credo, etc. No obstante, si bien considera positivos los Reales Decretos 901/2020 y 902/2020 que regulan los planes de igualdad, su registro y la igualdad retributiva entre mujeres y hombres, solicita al Ministerio de Trabajo y Economía Social que aplique soluciones que contemplen su especificidad, ya que las cooperativas de trabajo asociado cuentan con un base integrada por socios/as trabajadores/as, a las que se pueden incorporar trabajadores por cuenta ajena.

Para la vicepresidenta de COCETA y responsable del área de Mujer, Malena Riudavets, la aprobación de los RD fue “bienvenida” como “medida que contribuye al avance de las empresas en materia de igualdad, algo con lo que las cooperativas están firmemente comprometidas”. “En COCETA venimos trabajando desde hace meses en la búsqueda de propuestas que corrijan el olvido que de facto hacen los reales decretos con las personas socias trabajadoras. Su aplicación tal cual podría derivar en situaciones que incluso empeorarían la realidad de algunas empresas cooperativas en materia de género, consiguiendo un efecto contrario al del objetivo de los decretos”.

COCETA aprovecha la fecha para reivindicar que, de alguna manera, en el cuerpo normativo vigente (o mediante una disposición adicional) se incluya la casuística concreta de las cooperativas de trabajo asociado, en las que coexisten los dos colectivos de personas trabajadoras: socias y por cuenta ajena. Esto ya se hizo en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. “Es una incoherencia para nuestras empresas, perfectamente alineadas con los valores que sustentan los decretos, que, por ejemplo, queden excluidas de poder registrar sus Planes de Igualdad, cuando muchas cooperativas habían incluido planes de igualdad voluntarios ya en 2020”, apunta Riudavets.

Búsqueda de soluciones

En este sentido, COCETA ha realizado el informe “Análisis del impacto en las cooperativas de trabajo de los RD 901 y 902/2020. Soluciones”, con el que se facilita el acceso a la información y al conocimiento especializado en materia de igualdad de género, dirigido a las cooperativas de trabajo. Una investigación que en poco tiempo hará pública y que pretende poner en valor la apuesta inequívoca por la igualdad y equidad de género que está en la naturaleza cooperativa.

La obligación de contar con un Plan de igualdad alcanzará el próximo mes de marzo de 2022 a empresas con cincuenta personas en plantilla. Tal y como COCETA señala a través de este análisis, con esta nueva normativa se han de evitar planes de igualdad elaborados principalmente por la parte empresarial, a veces con pocos mecanismos de seguimiento, por lo que se pon ‘el foco’ en la obligación de negociar el plan, se pretende impulsar el papel de las personas trabajadoras, vinculándolas al proceso desde el primer momento.

En relación con la promoción de la participación de las personas trabajadoras tanto en la visión y la misión como en los procesos organizacionales, en las cooperativas de trabajo asociado existe, de inicio e intrínsecamente, un planteamiento que pone lo participativo en el centro, con estructuras y modos de funcionamiento interno eficaces: dar los pasos necesarios para elaboración e implantación de un plan de igualdad es seguir trabajando en equipo. Contar con un plan de igualdad, transversalizar la perspectiva de género en las cooperativas de trabajo asociado, supone mejorar comportamientos y procedimientos de gestión, mejorar los protocolos que permiten la detección y respuesta ante comportamientos discriminatorios.

El plan de igualdad afectará a todos los miembros de la cooperativa, con independencia de su estatus dentro de la misma, al mejorar el entorno laboral y las relaciones sociales. Por ello, todo remite a los valores y principios cooperativos, con sistemas de gestión que permiten una adecuada interiorización de la perspectiva de género y de fomentar entornos saludables, proclives a la igualdad y la equidad.

La finalidad última de este trabajo es promover los cambios normativos y reglamentarios necesarios para que las cooperativas de trabajo continúen desarrollando e implantando planes de igualdad. ”Queremos que el sector que más ha promovido y conseguido la igualdad en las empresas pueda seguir demostrando y visibilizando sus logros en la materia”, concluye la vicepresidenta.